Aunque cuente con una vida corta, Internet se ha convertido en una herramienta indispensable para muchos usuarios. En Internet no solo disfrutamos de series, películas, juegos o redes sociales con los que entretenernos, sino que trabajamos, intercambiamos archivos y ganamos dinero. Ello hace que disfrutar de una buena conexión, lejos de ser un privilegio, sea en la actualidad una necesidad.
En este sentido, conceptos como la latencia y los cables de red son fundamentales. Aunque normalmente estos conceptos se estudian en una FP de Microinformática y Redes, donde se ahonda en cuestiones básicas y profesionales de las conexiones, los usuarios medios pueden obtener cierta información con una búsqueda exhaustiva.
Para evitar que tengas que realizar dicha búsqueda, en este post vamos a explicar la relación existente entre los cables de red y la latencia. ¡Empezamos!
Cables de red y latencia
Entendemos por latencia de red los retrasos relacionados con el tiempo que se producen en una red, es decir, entre dos puntos. La latencia es una medida temporal que se mide en ms (milisegundos) y señala la demora o retardo que puede producirse al transmitir información desde el punto A al punto B (por ejemplo, abrir y disfrutar de una aplicación específica). Por lo tanto, cuanto menor sea la latencia, mejor será la conexión.
En realidad, son numerosos los factores que intervienen en una latencia menor, como el tamaño de los archivos o los cables de red. En este último caso, es importante tener presente que las causas pueden ser múltiples, de modo que el cambio de un único cable puede no tener la solución a todos problemas. Pese a ello, existe cierta conexión.
Tipos de cables de red
Los cables de red pueden clasificarse de varias maneras. En primer lugar, las categorías (desde la categoría 5, 5e, 6, 6a, 7 e incluso 8) señalan diferencias relacionadas con la velocidad máxima en X distancias (normalmente 100 m) o los MHz. La elección de una categoría u otra depende de elementos variados, así como de la actividad que se realice normalmente con el dispositivo. Ahora bien, los cables de red también se distinguen por otras cuestiones, como el tipo de trenzado, que interfiere en la conexión, o la protección o materiales del propio cable.
Normalmente cada cable está recomendado para un tipo de conexión (ADSL, fibra óptica, Ethernet, etc.). En este sentido, mejorar los cables y adaptarlos a las necesidades individuales de los equipos puede ayudar a disminuir la latencia. Por ejemplo, los cables apantallados suelen dar buenos resultados a la hora de conseguir menos latencia, ya que estos están cubiertos por una capa metálica que los protege de la radiación y facilita la conexión.
No obstante, hemos comentado que la latencia puede verse influida por otros factores. En este sentido, los picos de latencia alta pueden estar provocados por causas diferentes que deben analizarse. Por ejemplo, no actualizar el software o la presencia de malwares puede provocar picos descontrolados. Además, si no se dispone de cables de red, la conexión vía WiFi provoca una latencia alta, por lo que se recomienda conectar un cable de red Ethernet al router.
Por lo tanto, no siempre existe una relación causa-efecto entre cables y latencia, aunque esta última puede mejorarse con la instalación de ciertos cables. Para saber cuáles, es importante contar con conocimientos informáticos básicos o, en caso contrario, contratar a un especialista.